National Statement: Argentina
/La Comunidad Internacional ante los Desafíos de la Seguridad Nuclear
La República Argentina posee una rica historia en el desarrollo pacífico de la energía nuclear y, como tal, ha estado presente en el proceso de Cumbres de Seguridad Nuclear desde su lanzamiento en 2010. Ello demuestra el compromiso de nuestra nación con los esfuerzos multilaterales en aras de un mundo más seguro, libre de terrorismo en cualquiera de sus formas.
El sector nuclear en nuestro país opera conforme los más altos estándares de seguridad física y tecnológica en base a los lineamientos impartidos por las agencias de control nacionales correspondientes. Dada la importancia del rol regulatorio del Estado, se torna indispensable que el mismo mantenga una política de mejoras constantes, tanto desde un punto de vista técnico como político.
En tal sentido, reconocemos la importancia de mantener los logros internacionales alcanzados en materia de seguridad y avanzar en la mejora de las capacidades estatales en aquellas áreas en las que se observa un menor desarrollo relativo. Es por ello que la Argentina apoya la creación de centros de entrenamiento y apoyo en seguridad nuclear, ya que considera muy importante sostener iniciativas que, como ésta, contribuyen a una cultura de la seguridad nuclear.
Asimismo, iniciativas tales como el incremento de la seguridad cibernética en plantas e instalaciones, así como el desarrollo de la forénsica nuclear constituyen ejes centrales de la política de seguridad nuclear de la Argentina y de su compromiso con la agenda multilateral en la materia. En este sentido, cabe destacar el desarrollo nuclear pacífico argentino a lo largo de más de seis décadas, así como los esfuerzos ininterrumpidos en la expansión del empleo de uranio de bajo enriquecimiento en todas aquellas actividades que son susceptibles de llevarse a cabo con ese material sensitivo y en estricto cumplimiento con las directrices del Grupo de Países Proveedores Nucleares (NSG, por sus siglas en inglés).
Una condición indispensable para una sólida política de seguridad nuclear es la existencia de instituciones eficientes, modernas y entrenadas. En este campo, la Argentina dispone desde hace décadas –y dedica esfuerzos constantes a su fortalecimiento– de organizaciones especializadas que velan por mantener las instalaciones y los materiales seguros; al tiempo que garantizan el cumplimiento de nuestro país de los compromisos internacionales. Estas organizaciones son:
· La Autoridad Regulatoria Nuclear, una agencia independiente del Estado, con plena competencia legal y técnica en materia de seguridad radiológica y nuclear, salvaguardias y no proliferación, y seguridad física.
· La Comisión Nacional de Energía Atómica, a cargo de la investigación y desarrollo en el campo nuclear; mantiene y cumple rigurosamente con los estándares internacionales y cultiva una sólida cultura de seguridad. Desde hace casi dos décadas, la Comisión opera en conformidad con los instrumentos internacionales vigentes.
· Nuestra Cancillería tiene un área específica dedicada a los asuntos nucleares y otras tecnologías de uso dual, que contribuye al seguimiento internacional y la implementación de políticas efectivas en la materia.
· Por último, es importante destacar que nuestro país cuenta con una fuerza federal de seguridad equipada, entrenada y altamente especializada (Gendarmería Nacional) a cargo de la seguridad de los materiales nucleares, ya sea en situación de almacenamiento, uso o transporte.
Iniciativas de la Argentina en seguridad nuclear
La Argentina forma parte del Organismo Internacional de Energía Atómica (AIEA, por sus siglas en inglés) desde el año de su fundación y participa intensamente en los programas e iniciativas que se generan en su seno en materia de seguridad. Asimismo, participa de esfuerzos colectivos como la Iniciativa Global para Combatir el Terrorismo Nuclear (GICNT, por sus siglas en inglés). En este marco, hemos realizado en 2014 un ejercicio binacional de seguridad nuclear junto a la República de Chile, que derivó en la mejora de nuestras capacidades instaladas, al tiempo que aportó enseñanzas de trabajo conjunto contra un fenómeno global. Esperamos continuar trabajando en la misma línea, tanto con Chile como con otros países de la región.
La Argentina, como miembro parte del “Programa Internacional de Reducción de Enriquecimiento para reactores de investigación”, y en consonancia con las recomendaciones de la Conferencia Internacional para la Reducción de la Amenaza Global, realizada en el año 2004, ha convertido sus reactores de investigación a uranio de bajo enriquecimiento, demostrando una política responsable para la eliminación de altos riesgos nucleares y un progreso considerable en lo referente al control y seguridad de materiales nucleares.
Actualmente, nuestro país está llevando una profunda reforma del paradigma de trabajo de las fuerzas federales a cargo de la seguridad nuclear, incorporando nuevas hipótesis de amenazas terroristas tanto en instalaciones como en el sistema de transporte. Así, se proyecta una importante inversión nacional en la modernización del equipamiento de seguridad, al tiempo que se busca mejorar nuestras capacidades de detección en puestos de control aduaneros y fronterizos en base a la cooperación interagencial. En relación a este punto, cabe mencionar la puesta en funcionamiento de un nuevo sistema de control biométrico de pasajeros en todo el país, que permitió mejorar sensiblemente la seguridad de los datos personales registrados. Implica la más importante mejora tecnológica en décadas y permite procesar el ingreso y egreso de personas contra la base de datos centralizada en tiempo real y con un error prácticamente nulo. Contamos con un sistema de pasaportes de los más seguros del mundo, tal como lo certifican las organizaciones especializadas en la materia.
Tomando los aprendizajes y las recomendaciones del reciente ejercicio “Apex Gold”, estamos trabajando en un programa para desarrollar una biblioteca de forénsica nuclear para ser incorporada a la red global de bibliotecas y registros. Por otro lado, la Argentina asumió a partir de junio de 2014 –y por dos años consecutivos– la presidencia del NSG, reafirmando el rol fundamental, y la responsabilidad, de los países proveedores en el mantenimiento de la seguridad nuclear a nivel mundial.
Asimismo, nuestro país ha adoptado una política responsable en materia de gestión de los residuos radioactivos y de los combustibles gastados derivados de la actividad nuclear y sus aplicaciones. Es por ello que nuestro Plan Nacional de Gestión de los mismos busca permanentemente la mejora de la seguridad de las instalaciones con el fin de evitar que sean objeto de actos maliciosos.
La cooperación internacional como mecanismo de prevención del terrorismo nuclear
Los esfuerzos colectivos como el proceso de Cumbres de Seguridad Nuclear deben sustentarse en la cooperación internacional bajo un claro y firme compromiso de los Estados: negarle al terrorismo el acceso a los materiales nucleares susceptibles de ser usados como armas políticas. La Argentina ha sufrido el flagelo del terrorismo en su propio territorio en dos ocasiones y conoce el enorme costo en vidas humanas que el mismo conlleva. Es por ello que el compromiso con la seguridad nuclear no debe ser interpretado como un impedimento al ejercicio soberano de los Estados a la autonomía tecnológica y los usos pacíficos de la energía nuclear, lo cual debe darse siempre en estricto cumplimiento de los compromisos asumidos bajo el Tratado de No Proliferación Nuclear (NPT, por sus siglas en inglés) y demás instrumentos de control regionales e internacionales.
A 25 años de la creación de la Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares (ABACC, por sus siglas en español), Argentina reafirma su compromiso con el uso estrictamente pacífico de la tecnología nuclear y los esfuerzos concertados a favor de la estabilidad internacional. Constituida a partir de la transición democrática, la ABACC fue el primer enlace de integración entre ambos países, constituyéndose con el tiempo en una fuente de transparencia y construcción de confianza que posibilitó el avance de la cooperación hacia otras áreas de interés mutuo. Este acervo compartido da testimonio de la vocación política de la Argentina y Brasil por asegurar los usos exclusivamente pacíficos de esta energía y la no proliferación nuclear.
Asimismo, debe señalarse que la tecnología desarrollada para los combustibles de reactores nucleares argentinos y para la producción de radioisótopos en base al uranio de bajo enriquecimiento, han estado presentes en las principales exportaciones tecnológicas del país a través de la empresa INVAP. La utilización de uranio de bajo enriquecimiento asegura los fines pacíficos de las aplicaciones de la energía nuclear, que sumados a la promoción internacional de este tipo de prácticas y tecnologías han contribuido a que la Argentina ostente un destacado perfil internacional en el campo nuclear.
Es en virtud de esta trayectoria histórica que la Argentina considera que los esfuerzos significativos que han venido realizando los países no poseedores de armas nucleares en el campo de la seguridad nuclear, tendrán un éxito relativo mientras la agenda de desarme no sea impulsada con el mismo ímpetu colectivo.
El proceso de Cumbres en su actual formato llega a su fin. Es nuestra responsabilidad compartida que los compromisos asumidos mantengan su vigencia. Por ello, sostenemos la importancia de fortalecer las instancias e instituciones pre-existentes, enriqueciéndolas con los planes de acción que hemos logrado acordar. A tal fin, llamamos a los Estados a establecer un Grupo de Contacto en Seguridad Nuclear que consolide los logros alcanzados y asegure su seguimiento e implementación futuros. De este modo, estaremos contribuyendo a la seguridad de la tecnología nuclear a través de resultados duraderos en el tiempo.